Aunque parecía que el buen tiempo se resistía a llegar, por fin el calor nos permite disfrutar de aquellas actividades veraniegas, como es combatir el calor en el agua.
Para ello, los residentes del CADIG cuentan con la suerte de tener una piscina de uso privado donde tienen tiempo para realizar tratamientos, pero también actividades de ocio.
Además, sin olvidar el objetivo que nos lleva a trabajar la inclusión social, aprovechamos el uso de servicios comunitarios, haciendo una escapada en la que todos los viernes de los meses de julio y agosto, un grupo de residentes acude a la piscina de la Dehesa Boyal, ayudando a cambiar de contexto y disfrutando de la naturaleza en lugares típicos de la época.
Asociada a Plena Inclusión (antigua FEAPS) y patrono de Fundación Fuente Agria